El aseo es un tema importantísimo para las comunidades de vecinos en España. Es por ello que, estas entidades jurídicas contratan empresas de limpieza que velen por el cuidado de sus espacios. Sin embargo, es común que se presenten algunos malentendidos relacionados con el presupuesto presentado por la empresa y las labores que éste cubre.
En consecuencia, las empresas de limpieza ofrecen a sus clientes, en este caso comunidades, servicios según sus necesidades; por lo tanto, en el presupuesto indican las labores ofertadas, tales como: aseo de pasillos y escaleras, los materiales de limpieza a utilizar, entre otras especificidades.
No obstante, y aunque la empresa sea concreta en la emisión del presupuesto, éstas suelen enfrentar situaciones adversas, por ejemplo: el uso del material de limpieza por parte de los vecinos para beneficio personal. Esto acarrea que la comunidad no consciente de la razón del desgaste de los productos, obligue a la empresa a restituirlos y, por ende, se incrementen sus gastos.
También, muchas comunidades no poseen un lugar adecuado para resguardar los productos de limpieza, así que adaptan para ello el cuarto de contadores. Pero, a veces, estos espacios son utilizados por los vecinos para almacenar pertenecías, lo cual impide que puedan adecuarse para proteger los productos.
Además, las empresas de limpieza enfrentan problemas relativos a la confusión de los trabajos que deben realizar por convenio en las comunidades. De esta manera, si la empresa, por contrato, solo debe barrer la acera del conjunto habitacional, entonces la limpieza de la entrada del estacionamiento, el terrado y los patios interiores son labores que deben pagarse aparte. Asimismo, el cambio de luminarias (pasillos y ascensores) y los mantenimientos específicos como el que debe practicarse a la cabina de ascensores.
Finalmente, otra situación problemática ocurre por la falta de grifos en las comunidades. Esto conlleva a que se acuerde entre vecinos el aporte de una cubeta de agua, pero, en algunos casos, los propietarios se niegan a colaborar, generando irregularidades en el servicio de limpieza y que la empresa tenga que abastecerse de agua en fuentes públicas.
Compartir espacios para trabajar y vivir puede ser muy complejo
La persona que cancela a tiempo sus expensas o gastos comunes para tener las áreas que debe compartir con todos los demás habitantes espera que todo este en orden al momento de vivir la experiencia de usar lo que por derecho le corresponde, sin embargo, es común que se genere molestias a las empresas en el momento en el que los operarios esten realizando trabajos y algún residente quiera hacer uso de las instalaciones.
Otro problema muy básico es cuando los vecinos no entienden que hay responsabilidades que no les competen, ya que pertenecen a otro sector de mantenimiento que debe encargarse de ese tipo de funciones, bien sea porque no tienen el instrumental adecuado para cumplir con hacer la actividad o porque no tienen el conocimiento suficiente para ejecutar la obra. Un ejemplo clásico de este tema, es cuando los residentes pretenden que el servicio de limpieza se encargue de destapar una cañería o cambiar alguna luminaria.
Incluso hay limpiezas especiales de las que una empresa de limpieza común no esta capacitada, por ejemplo, la limpieza de paneles de mando de los ascensores, los cuales se llenan constantemente de la grasa de las manos de todas las personas que los usan y pueden dejar de funcionar debido a este desgaste. En este caso, la encargada de esta limpieza es la que hace el mantenimiento del ascensor, ya que tiene que utilizar herramientas específicas para manipular estas piezas del ascensor.
Por todo lo anterior, es recomendable que las empresas de limpieza de comunidades de vecinos no escatimen en detalles sobre sus labores y sus correspondientes precios para, de esta manera, evitar los problemas antes descritos y ofrecer un servicio, como todos lo esperan, de calidad.